El Rincón del Trotamundos. Lucas Martín. 19/6/2014
El Valle del Jerte en Cáceres, es conocido en todo el mundo por ser el jardín de los cerezos, (nada que ver con la obra de teatro de Antón Chéjov), y pos sus jugoso manjares, (cerezas). Las fotografías de los cerezos en flor durante la primavera, recorren parte del mundo, y llenan las redes sociales y por Internet hasta los rincones más apartados. Millones de estos árboles crecen alineados en los bancales que de forma escalonada ascienden por las laderas de las montañas que jalonan este peculiar valle del norte de Extremadura.
Las flores blancas lo inundan todo y contrastan con el verde intenso de otras especies arbóreas que cohabitan con los cerezos en el valle del Jerte. Aunque estas especies se encuentran en regresión, siguen siendo muy numerosas; castaños, olivos, manzanos, ciruelos, robles, encinas, alisos, chopos, pinos, almez y madroños, comparten espacios con los cerezos.
El agua que es protagonista en el valle, determina en muchos aspectos la vida humana, vegetal y animal del valle, incluso el propio clima suave y templado que se disfruta en el valle durante la mayor parte del año, sin el agua y el favorable clima, las plantaciones de cerezos no serían posible.
Como es conocido, el valle del Jerte tiene una peculiar geología, este se formó en la roca de granito durante la orogenia hercínica, y por el hundimiento posterior de los valles del Tiétar y del Tormes, no por la erosión de los glaciales que durante siglos cubrieron buena parte de la sierra de Gredos.
La fisonomía del valle, tal como la conocemos hoy, tuvo lugar durante los ajustes de la orogenia alpina, hace más de 40 millones de años. Con el tiempo y la erosión de los elementos, se fue formando el relieve actual del valle. Un valle que se orienta hacia el sur a aprisionado entre dos cadenas montañosas, la Sierra de Tormantos al este y los Montes Traslasierra al oeste, con alturas que rondan los 2000 metros.
De estas montañas y mediante los arroyuelos y gargantas, recoge el valle del Jerte, las aguas proveniente de la nieve que durante el invierno se acumulan en las montañas. Un valle, como hemos dichos, de orientación sur, lo que propicia, junto con su bajo nivel sobre el mar, que se adentren por el valle, los vientos cálidos procedentes de la meseta sur. El recorrido del valle, comienza en el puerto de Tornovacas, divisoria entre Castilla y Extremadura, y tras recorrer unos 60 kilómetros, culmina su andadura en la antigua ciudad señorial de Plasencia.
Las abundantes aguas que corren por gargantas, cascadas y por el mismo río Jerte, un importante afluente del ría Alagón, son determinante para que los cerezos y otros árboles frutales, crezcan en condiciones optimas, y para que sus frutos sean ricos en nutrientes y sabores. Ello hace que las cerezas del Jerte sean únicas he inconfundible por su calidad, presentación y jugosos sabores.
Además de las cerezas, el valle del Jerte esconde otros muchos tesoros naturales, botánicos, geológicos, arquitectónicos y paisajísticos, que hacen las delicias del viajero que visita el valle en cualquier época del año. Entre esos tesoros descubrimos que en el valle se puede practicar una gran variedad de deportes de aventura en plena naturaleza.
Hemos hablado del abundante agua que hay en el valle y en sus gargantas. En estas se han formado espectaculares saltos de agua que forman rápidos, cascadas, marmitas y una serie de pozas. Estos lugares son ideales para practicar deportes de agua, entre ellos el barranquismo. Durante la temporada de lluvia, también se puede practicar los descenso de aguas bravas en el curso del río Jerte.
El senderismo es otro de los deportes en la naturaleza que se puede realizar en el valle del Jerte. La zona esta surcado por numerosos sendero de pequeño y gran recorrido, estos se adentran por parajes de ensueño, gargantas, pueblos de montaña de bella arquitectura popular, espectaculares cascadas y bosques centenarios de robles y castaños. En algunos casos, las rutas, suben hasta miradores naturales desde los que se disfruta de amplias panorámicas del valle y su entorno.
Dos rutas míticas atraviesan el valle, el camino de Carlos V que nace en el pueblo de Tornavacas y culmina en Jarandilla, comarca de La Vera, pasa por el Puente Nuevo en la garganta de Los Infiernos, y el puerto de las Yeguas, en la sierra de Tormantos. El GR 10 parte del puerto de Tornavacas y atraviesa por la parte baja, todo el valle hasta la ciudad de Plasencia.
Además de estos, en el valle encontramos otros pequeños recorridos; ruta de las majadas, esta recorre la Reserva Natural de los Pilones. La ruta de Las Juderías que atraviesa los Montes Traslasierra y desciende hasta el valle del Abroz. El sendero de la garganta de las Nogaledas donde se encuentran espectaculares cascadas. El camino Real del Piornal que parte del pueblo de Navaconcejo.
Del valle del Jerte Parten rutas clásicas de montaña que ascienden hasta la sierra del Barco de Ávila, (La Covacha, Las Azagallas, Castilfrío, Corral del Diabla. En la sierra de Béjar, los Asperones, El Torreón, La Ceja y los Hermanitos de Béjar), entre otros. Los amantes del parapente y el ala delta, encuentran en el valle del Jerte varios puntos donde despegar; La Calamocha, El Pitolero, Pico de Valdeamor. Lugares todos ellos excelentes para practicar este deporte de aventura y disfrutar de los cielos y del la excelente panorámica que desde las alturas se tiene del valle y del conjunto de la sierra de Gredos.
La escalada es otro de los deportes que se pueden practicar en el valle del Jerte, tanto en su versión alpina como en la modalidad de escalada deportiva y de bloques. Valcorchero, El Cerro del Torno, junto al «Mirador de la Memoria”, Garganta de las Monjas, la Covacha.
No podían faltar en el valle las rutas de bicicletas de montaña, uno de los deportes en la naturaleza preferidos por muchos de los amantes de los deportes de aventura. En el valle había varias rutas para practicar este deporte, a cual de ellas más interesante.
Reciente mente se han señalizado algunas rutas de BTT por el valle. Ruta 1-Cordel del Valle. 2º-Cerro de los Serradores. 3-Monte Reboldo. 4-Umbría de Cabezuela. 5-Montes de Traslasierra. 6-Sierra de Tormantos. Alguna de las rutas son de pequeño recorrido y un poco exigentes, otras de mayor longitud que son bastante duras por el desnivel que hay que superar, aunque son completamente ciclables.
Es el caso de la ruta circular nº 2. Esta parte del pueblo de Tornavacas y sube hasta los llamados Pinos de Tornavacas y Cerro de los Serradores, desciende hasta la Reserva de los Pilones y enlaza con la ruta Nº1 en la parte final del recorrido. Todas las rutas están señalizadas con una estaca y una tablilla blanca con numeración en rojo.